sábado, 23 de abril de 2011

El Por qué.

Timidez que me caracteriza,
silencio que me protege,
escudo de cualidades,
desde el fondo una señal emerge.
Que paradoja la que aprendí,
esa enseñanza que me grabé,
que moraleja la que no entendí,
ese temor del que nunca escapé.
Aquella mirada que conocí
aquel madrugonazo de encuentro,
encontrarte o perderte,
te encontré o me encontraste.
Rutas de un viaje rutinario,
escenario del descubrimiento
de un sentimiento difunto
que cobró vida sin cortesía.
Que antojoso mi corazón
por venir a enamorarse
cuando no lo tenía planeado.
Y lo peor, o tal vez, lo mejor (…)
Que siento alivio al sentir
que aún tengo tengo sentimientos
Y mi alter ego antagónico
es metódico al mostrarme lo incierto.
Lo mejor y lo peor,
fielmente combinados
hacen de mi mente
un campo de batalla.
He allí el porqué
de ser tan callado y meditabundo.
He allí el porqué
de la afabilidad en tu presencia.
Mujer real en mundo de fábulas,
fantasía en tristes realidades,
soy un elemento perdido
Guiándose por tus estelas.
Se acaba mi folio,
dejando atrás lo de niño,
sigo persiguiendo mi sueño
revelándote mi amor fidedigno.

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