Siempre hay una musa a quien uno le escribe.
A veces hay directas e
indirectas.
Otras veces hay realidad e imaginación.
También hechos y
utopías.
Ilusiones y decepciones.
Valentía y cobardía.
Amores soñados y
amores perdidos.
Así como cuando tu escribes creas una especie de
personaje;
Asi mismo un poeta tiene una favorita a quien le escribe en
mayor escala, muchas veces en silencio.
lunes, 28 de enero de 2013
domingo, 27 de enero de 2013
Entrega
Ganas
de escapar en una fotografía,
Te
observo cuando me ignoras.
Tu
gesto contra la brisa en frente,
Mi
atención a tus pechos descamisados.
Tú
y yo en un café de la calle del sur.
Tu,
bohemia y lectora,
Yo,
descuidado y pintor.
Nosotros,
bailando sin pasos.
Elevados
en una entrega reciproca,
Abriendo
las puertas del escondite,
Cubierta
de orquídeas de pureza,
Olvido
mis vicios cuando entro en tu aldea.
Una
banda toca si asomamos,
Un
cielo llora si nos despedimos,
Un
bus destartalado me espera si te dejo,
Una
musa me abraza si te encuentro.
La
montaña nos contempla.
Tú,
temerosa a la aventura,
Yo,
fantaseando volar a pie
Amando
el continente de tu piel.
Sapiencia
de letras y pintura,
En
tu pubis de inocencia tuya y mía.
Pasaje
de versos de entrega y un recital
En
la cordillera de tu alma de nobleza.
jueves, 10 de enero de 2013
Guayabita
Más
de una docena de rostros
Con
el gesto del madrugonazo habitual.
Dos
manos atentas al volante,
Una
mirada en la ubicuidad.
El
resto, anochecidos en el amanecer,
Todos,
Alegría viral en el mediodía.
Maquina
móvil con nombre de fruta tropical,
Guayabita
con ruedas y tripulantes.
El
yo había quedado atrás,
El
nosotros era nuestro fuerte enlace.
Juntos
en la carretera rusa en el capítulo del cono,
Unidos
en la felicidad viajera y enlatada.
La
risa se ahogo en un lacónico de lágrimas
Cuando
las ominosas balas casi cortan nuestros latidos.
La
vida marcada por esos estentóreos minutos,
La
piel agujerada de la joven de hipérbole verbal,
Las
manos de ángeles salvadores y libertarios
Interviniendo
en aquella casi ilusoria supervivencia.
No
era José el chofer, sino el hermano en el puesto de piloto.
No
era el resto solo compañeros de viaje,
Sino
hermanos ocupantes de los puestos vecinos.
No
fue ese otro trimestre más viajando,
Sino
los mejores meses como viajeros de ida y vuelta.
No
es esto un fragmento de nostalgia,
Sino
la apología nuestra en colectivo
Elogiando
esa época en la que paseamos juntos un determinado trayecto.
Carlos
Espitia
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